¿Debemos ponerle atención a las tendencias virales?

Escrito por: María Fernanda Orozco

El inicio del año ha dado pie a una oleada de predicciones sobre las tendencias que marcarán el 2025.

Entre estas, hay algunas que merecen atención especial, como el Color del Año de Pantone: PANTONE 17-1230 Mocha Mousse, un tono marrón cálido y suave que se inspira en los placeres cotidianos como el cacao, el chocolate y el café. Este color busca evocar sentimientos de comodidad, conexión y una elegancia discreta que resuena en los tiempos actuales. Sin embargo, no todas las tendencias logran consolidarse con la misma fuerza o permanencia; hablamos aquí de las microtendencias, fenómenos efímeros que reflejan la rapidez con la que la moda y la cultura popular evolucionan en la era digital.

¿Qué son las microtendencias?

Una microtendencia es una tendencia de nicho que gana popularidad a una gran velocidad pero desaparece con la misma rapidez. Estas suelen surgir en subculturas específicas o a través de plataformas de redes sociales como TikTok, Instagram o Pinterest, donde la viralidad acelera tanto su auge como su declive. En su pico de popularidad, estas tendencias pueden durar unas semanas o, si les va bien, unos pocos meses. Existen algunas excepciones vinculadas a momentos culturales más amplios, como el fenómeno de “Barbiecore,” asociado a la exitosa película de Barbie, o el momento del verano, “Brat Summer,” conectado al álbum de Charli XCX del mismo nombre.

El crecimiento de estas microtendencias está estrechamente ligado a la conexión emocional que logran establecer con un momento específico, pero, al igual que llegan, desaparecen, dejando espacio para la siguiente novedad.

El “lujo silencioso”: ¿Una microtendencia o algo más?

Un ejemplo destacado es el llamado “lujo silencioso”, un estilo caracterizado por atuendos sutiles y elegantes que prescinden de logotipos y ostentación. Este concepto, que refleja un clima económico más reservado. Su popularidad demuestra cómo las microtendencias no solo responden a preferencias estéticas, sino también a las condiciones sociales y económicas del momento.

¿Qué define una tendencia y quién la decide?

La gran pregunta es: ¿qué hace que una tendencia sea relevante, y quién decide que lo es? Existen tendencias constantes, como las macrotendencias de minimalismo o maximalismo, que suelen emerger en respuesta a momentos de agitación o celebración socioeconómica. Por ejemplo, tras la pandemia, experimentamos un período de maximalismo como una reacción a los largos meses de encierro. Estas macrotendencias tienen raíces profundas y logran adaptarse a lo largo del tiempo, manteniéndose relevantes en contextos cambiantes. En contraste, las microtendencias suelen alinearse con momentos culturales o políticos específicos. Cuanto más resuenen estas tendencias con los pilares sociales, más amplia y profunda será su adopción. Un caso paradigmático es el de Barbiecore, una estética que logró mantenerse vigente gracias al furor cultural y mediático alrededor de la película de Barbie. Algo similar ocurrió con Mermaidcore, impulsado por el estreno de La Sirenita.
Incluso otras formas de arte, como la música, pueden ser catalizadores de tendencias. Los álbumes de Taylor Swift, Folklore y Evermore, popularizaron el cottagecore, una estética que ahora se ha consolidado como un descriptor cultural permanente, habiendo trascendido su origen como una simple tendencia viral para integrarse a las preferencias de una nueva generación de
consumidores.

Viralidad y consumo: ¿son siempre sinónimos?

Aunque las microtendencias captan la atención de millones, un momento de viralidad no siempre se traduce en ventas. Para la generación Z, muchas de estas tendencias son consumidas como entretenimiento visual o conceptual, más que como productos concretos que desean adquirir.
Este comportamiento obliga a las marcas a replantear su estrategia: utilizan las microtendencias para captar atención y conectar con nuevas audiencias, pero no pueden depender de ellas para construir una identidad de marca sólida o duradera.
En un mundo donde la velocidad de las redes sociales dicta qué está “in” o “out,” entender la diferencia entre una moda pasajera y una tendencia significativa es crucial tanto para los consumidores como para las industrias creativas. Las microtendencias nos muestran cómo la cultura puede evolucionar en tiempo real, pero también nos recuerdan que lo efímero no siempre deja una huella profunda.

En resumen, las microtendencias reflejan la rapidez con la que las ideas y estéticas pueden ganar popularidad y desvanecerse en la era digital, impulsadas por la inmediatez de las redes sociales y la viralidad. Aunque suelen ser efímeras y no siempre se traducen en ventas o cambios culturales duraderos, su impacto radica en cómo conectan con momentos específicos, ofreciendo un espejo de las inquietudes, aspiraciones y contextos sociopolíticos de la sociedad actual. Por otro lado, las macrotendencias, más profundas y sostenibles, siguen marcando el ritmo a largo plazo, demostrando que la verdadera relevancia radica en la capacidad de una tendencia para adaptarse y trascender el tiempo. Entender esta dinámica permite a marcas y consumidores navegar un panorama cultural en constante cambio, diferenciando entre lo pasajero y lo significativo.

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